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Explora las últimas innovaciones en biometría aplicadas a la seguridad, desde el reconocimiento de huellas dactilares hasta el escaneo facial y la identificación por voz.
La tecnología biométrica mide rasgos únicos de cada individuo, los compara con patrones almacenados en bases de datos y realiza tareas específicas de identificación. Este método ha demostrado ser más económico y seguro que el uso de tarjetas de acceso, reduciendo riesgos de pérdida y robo.
Existen dos tipos principales de biometría:
Biometría Fisiológica: Basada en características corporales como huellas dactilares, iris, retina, manos y rostro.
Biometría Conductual: Se centra en acciones humanas que reflejan características físicas indirectamente, como el uso del teclado, firmas y patrones de acceso.
Reiniciar regularmente puede proteger contra ‘exploits de día cero’, vulnerabilidades no conocidas por los fabricantes pero aprovechadas por ciberdelincuentes antes de que se pueda emitir una actualización de seguridad.
Huellas Dactilares: No hay dos huellas iguales. Las minucias, o formas y ángulos únicos de cada huella, permiten una identificación precisa.
Calor Corporal: Estos sistemas miden la emisión de calor del cuerpo, creando mapas de valores individuales.
Reconocimiento de Voz: Compara frases grabadas, analizando cualidades como volumen y entonación.
Patrones Oculares: Utilizan patrones del iris o retina. Algunos sistemas analizan las venas del fondo del ojo con luz infrarroja, mientras otros emplean videocámaras para examinar los surcos de color.
A pesar de las dramatizaciones en la ciencia ficción sobre la reproducción de huellas dactilares o el uso de máscaras para suplantar identidades, la seguridad biométrica sigue siendo una de las más fiables en la actualidad. La combinación de tecnología avanzada y características físicas únicas proporciona un nivel de seguridad sin precedentes, protegiendo tanto a individuos como a organizaciones.